Cirugía Endoscópica del Utero
El útero es uno de los órganos de la esfera ginecológica que más problemas da a las pacientes, dada su estructura puede presentarse patología tanto en su interior (cavidad endometrial) como en su exterior (pared uterina); muchas de las enfermedades del útero son benignas (miomas, pólipos) aunque la patología maligna (cáncer de cuello uterino, cáncer de endometrio) presenta cifras bastante relevantes en Venezuela.
En muchos casos de patología uterina la paciente va a requerir como parte del protocolo diagnóstico o terapéutico algún tipo de intervención quirúrgica sobre la matriz o útero; hace algunos años estas intervenciones eran bastante extensas, cruentas y mutilantes sin embargo en la actualidad con el advenimiento de las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas muchos de estos procedimientos pueden realizarse de manera ambulatoria toda vez que permiten la recuperación de las pacientes mucho más rápido.
El útero dadas sus características y ubicación anatómica admite dos tipos de procedimientos endoscópicos: histeroscopia y laparoscopia.
La histeroscopia está indicada cuando el problema está en el interior (luz) del órgano, es decir en la cavidad endometrial; en estos casos no son necesarias incisiones de ninguna índole en el cuerpo de la paciente dado que el acceso a la cavidad uterina es vía vaginal; empleando un instrumento especialmente diseñado para el procedimiento se ingresa a la cavidad endometrial con una guía de luz, una cámara e instrumental especializado, una vez dentro de la cavidad endometrial se puede realizar la exploración exhaustiva de la misma a la vez que se pueden realizar intervenciones diagnósticas (toma de biopsia) así como terapéuticas (polipectomías) con una tasa de recuperación postoperatoria mucho más rápida que la de los procedimientos convencionales.
Por su parte la laparoscopia permite evaluar y tratar patologías de la pared uterina, en este caso son necesarias algunas incisiones (no mayores de 2 cm) en la pared abdominal para permitir introducir la cámara y el instrumental necesarios para realizar los procedimientos laparoscópicos sobre el útero los cuales van desde miomectomías (eliminación de uno o más miomas – también conocidos como fibromas uterinos – ) hasta histerectomías (eliminación completa del útero conservando o no los ovarios)
La histerectomía por laparoscopia representa grandes ventajas para la paciente dado que el dolor postoperatorio es menor y la recuperación mucho más rápida, desafortunadamente está indicada sólo en casos de patología benigna ya que en las pacientes con cáncer el estudio anatomo-patológico de la pieza (útero) extraída por laparoscopia no siempre es fidedigno, aún así en ciertos casos con equipos quirúrgicos especializados, con pacientes bien seleccionados es posible realizar histerectomías oncológicas por laparoscopia haciendo la salvedad que la pieza deberá ser extraída por una abertura de unos 6 a 8 cm en la pared abdominal a fin de permitir el estudio por parte del patólogo.
En general ambas técnicas son muy seguras, producen menos dolor postoperatorio y permiten un tratamiento efectivo de las lesiones así como una recuperación más rápida de la paciente, quizás el único inconveniente asociado sean costos más elevados aunque cuando estos se comparan con la reducción de la cantidad de los días de reposo postoperatorio al final, tanto la laparoscopia como la histeroscopia resultan siendo técnicas más económicas que los procedimientos abiertos convencionales.