Como evitar que la Navidad afecte negativamente nuestra Salud

La Navidad en latinoamérica en general y en Venezuela en particular es una época de compartir, reunirse con amigos y familiares, festejar y en muchos casos «olvidar» un poco los límites que regularmente regirían nuestro diario proceder; la asociación de festividad con tiempo libre (ya que muchas empresas toman vacaciones colectivas en esta época) da pie para que sobrepasemos ciertos límites y cantidades que normalmente regirían nuestra cotidianidad con repercusiones importantes para nuestra salud las cuales no veremos hasta el Año Nuevo cuando el remordimiento, los kilos de más y las huellas de la «parranda» se hacen presente en nuestro cuerpo.

Sin lugar a dudas el exceso más común y fácilmente reconocido por todos es con las comidas; Navidad en Venezuela es sinónimo de hallacas, pan de jamón, dulce de lechoza, ponche crema, pernil, ensalada de gallina y torta negra por nombrar sólo algunas de las exquisiteces que engalanan nuestra mesa en las festividades decembrinas, viendo la compilación salta a la vista que no se trata precisamente de platos ligeros por lo que el abuso de los mismos sin lugar a dudas repercute en un aumento indeseable de peso que probablemente no logremos revertir en poco tiempo.Cena de Navidad en Venezuela

El tema fundamental con la comida no está en evitar los manjares festivos ya que forman parte de nuestra cultura y nuestra identidad en muchos casos siendo esperados desde meses atrás y eliminarlos cambiaría el significado y el «sabor» de las fiestas por lo que se recomiendo planificar una dieta flexible pero racional que nos permita incluir las comidas de navidad sin un impacto negativo en nuestra salud para ello se debe proceder limitando los alimentos hipercalóricos a tres o cuatro días durante todo el mes de Diciembre, en general Noche Buena, Navidad, Noche de Año Viejo y Primero de Enero; el resto de los días debemos tratar de mantener una dieta lo más sano posible.

Otra forma de minimizar el impacto es evitar comer en cada casa que se visita, no es nada nuevo que cuando se realizan las visitas de Navidad en cada hogar que nos recibe somos agasajados con lo mejor de su culinaria y casi sin darnos cuenta podemos comer dos o tres veces la cantidad de calorías que necesitamos; en estos casos lo mejor es probar lo que nos ofrecen compartiendo el plato entre dos o tres personas a fin de no desdeñar a nuestro anfitrión y evitar sobrecargarnos de calorías.

Luego de la comida el exceso más frecuente es el alcohol; en forma de diversidad de bebidas, cocteles y preparaciones el alcohol fluye con mucha más frecuencia y facilidad en época de Navidad y Año Nuevo, el impacto inmediato es bien conocido por todos: mareos, inestabilidad y aumento del riesgo de accidentes de tránsito y peleas sin embargo las consecuencias a largo plazo son ignoradas por muchas personas y consisten en daños serios a la salud que pueden ser o no reversibles; los motivos de consulta asociados al aumento del consumo de alcohol en Diciembre pueden ir desde condiciones benignas y fácilmente tratables como la gastritis hasta condiciones peligrosas y potencialmente mortales como la pancreatitis por lo que debemos racionalizar y racionar el consumo de bebidas alcohólicas a fin de evitar consecuencias deletéreas sobre nuestro organismo.

El tercer elemento que se asocia a los excesos de las festividades es el de la «rumba», durante esta época las personas tienden a salir más de fiesta y a dormir menos, si se tratase de un fin de semana o un día normal probablemente esto no tendría mayor impacto pero resulta que en Diciembre una fiesta se une con la otra, las visitas dan paso a las fiestas y estas a las vacaciones donde en muchos casos hay más fiesta, música y baile lo cual redunda en una disminución sustancial de las horas de sueño (sobre todo en individuos menores de 40 años) con un impacto negativo sobre la salud de las personas que se va a ver en Enero reflejado en su cuerpo y sobre todo en su estado de ánimo con síntomas como fatiga, sueño excesivo, incapacidad para concentrarse, irritabilidad y bajo rendimiento académico o laboral. Sin lugar a dudas no es una situación agradable por lo que se recomienda planificar las fiestas, paseos y reuniones de manera tal que durante el asueto de Navidad podamos tener un descanso adecuado que permita a las personas descansar y a la vez disfrutar las fiestas.

En conclusión Navidad y Diciembre no tienen que ser sinónimos de kilos extra y remordimiento en Enero, por el contrario son una excelente oportunidad para disfrutar de los amigos, compartir con la familia, darnos ciertos gustos que el resto del año evitamos y cuidar nuestra salud evitando caer en excesos y aprovechando el tiempo libre que probablemente tengamos para iniciar desde el año viejo un plan de entrenamiento y ejercicios que mitigue los efectos de las fiestas y nos sirva como propósito de año nuevo para mantenernos activos y en buena condición física.