Estudios a ser incluidos en la Evaluación Médica Ocupacional

La evaluación médica ocupacional es aquella consulta médica realizada por el médico especialista en salud ocupacional (también conocida como Medicina del Trabajo) la cual tiene por objetivo identificar tanto factores de riesgo asociados o derivados a la actividad laboral realizada así como enfermedades, lesiones y secuelas de salud derivadas de la ejecución de las tareas en un puesto de trabajo determinado.

En este sentido, la pieza clave de cualquier evaluación médica ocupacional es la evaluación por el médico especialista de salud en el trabajo dado que es aquel que cuenta con las herramientas para poder caracterizar el perfil de riesgo e identificar las condiciones de salud que podrían interferir con la actividad laboral o, peor aún, que podrían complicarse o agravarse a consecuencia de las actividades realizadas en el medio de trabajo.

Sin embargo no todas las condicione son fácilmente identificables tan sólo con el examen físico por lo que en ocasiones es necesario realizar exámenes complementarios destinados a identificar/descartar la ciertas condiciones patológicas asociadas a ciertos cargos.

Así pues no existe un perfil de laboratorio o estudios complementarios «estándar» para la evaluación médica ocupacional, en lugar de ello, los estudios paraclínicos (o complementarios) deben solicitarse en base a dos criterios fundamentales; el perfil de riesgo del puesto de trabajo y el los hallazgos clínicos en la evaluación de cada trabajador.

Los exámenes complementarios deben ser por tanto indicados en base a las necesidades particulares de cada paciente en un puesto de trabajo determinado, siendo importante recordar que lo que resulta útil para un puesto de trabajo determinado no necesariamente servirá para otro por lo que las recomendaciones de exámenes no son universales sino individualizadas.

Grosso modo, los exámenes más comunes en Medicina Ocupacional (además de la evaluación médica ocupacional obligatoria) son los siguientes:

1- Pruebas de Agudeza Visual

Se evalúa la agudeza visual tanto de lejos como de cerca para determinar si el paciente necesita lentes para la ejecución de sus tareas diarias; puede ser útil en casi todos los ámbitos aunque por lo general es muy relevante en dos condiciones críticas: las tareas que implican lectura constante (abogados, contadores, empleados administrativos, educadores, etc) y aquellas que impliquen la operación de maquinarias y vehículos automotores (choferes, motorizados, operadores de grúa, etc).

2- Audiometría

Si bien el sentido del oído es clave para cualquier trabajo, existen condiciones en la cuales el oído medio y el oído interno pueden sufrir lesiones a consecuencia de la actividad laboral como sucede por ejemplo en los trabajadores de minas (donde se detonan explosivos), el personal de polígonos de tiro así como de los cuerpos de seguridad (por la detonación de armas de fuego) y los obreros de la construcción que usan herramientas muy ruidosas (como el caso de los taladros neumáticos) por nombrar sólo algunos ejemplos comunes.

Por otro lado existen puestos de trabajo donde el oído no sólo es necesario sino critico para la realización de las tareas habituales siendo el caso tipo más común el de los empleados de los «call centers» donde se combina la necesidad de una audición dentro del límite normal y el riesgo asociado al uso constante de audífonos.

En todos estos casos es necesario realizar una audiometría al menos una vez al año a fin de determinar si existen alteraciones de la audición secundarias al trabajo realizado así como cualquier condición que pueda limitar el desempeño del trabajador en su puesto.

Exámenes Médicos Ocupacionales

3- Radiología de Tórax

Por lo general se evita la exposición a radiación ionizante (en este caso los Rayos X) tanto como sea posible, sin embargo en algunos casos donde está indicado (tales como en los trabajadores con exposición a asbesto) la radiología de tórax es indispensable para determinar si se ha desarrollado o no neumoconiosis.

En este sentido lo ideal es prevenir la exposición, sin embargo aún cuando esta haya tenido lugar hace muchos años, el riesgo siempre está latente. Lo mismo sucede con los trabajadores expuestos a humo y partículas (cocineros de asadores por ejemplo) quienes con el tiempo podrían desarrollar enfermedades pulmonares, siendo importante la evaluación regular tanto clínica como por rayos X para la identificación precoz de complicaciones pulmonares.

4- Espirometría

Al igual que con los Rayos X, la espirometría está reservada para casos seleccionados de exposición a ciertos agentes tóxicos que podrían limitar la función pulmonar y debe solicitarse sólo si existen indicaciones individuales (condiciones particulares de un paciente dado) o riesgo de exposición en el puesto de trabajo.

En algunos casos done la espirometría no está disponible, esta puede ser sustituida por la evaluación del flujo pico, lo cual consiste en una espirometría «abreviada» que permite al menos separar a manera de pesquisa aquellos pacientes sanos de aquellos que requieren una espirometría para confirmar/descartar la presencia de complicaciones pulmonares.

5- Radiología Osteoarticular

En este caso la indicación debe realizarse en base a los hallazgos clínicos y nunca practicar estudios radiológicos articulares de rutina o por pesquisa dado que se irradia a los pacientes sin necesidad. Así pues los rayos X articulares sólo se deben solicitar en casos donde el interrogatorio o el examen físico sean altamente sospechosos de lesiones osteoarticulares.

 6- Exámenes de Sangre

Hablar de exámenes de sangre es hablar de una gama muy amplia y variada de exámenes tanto bioquímicos como bacteriológicos por lo que resulta imposible y poco práctico solicitarlos todos a todos los trabajadores.

En este sentido lo ideal es establecer un perfil de pesquisa de las enfermedades más comunes con cambios en el laboratorio (anemia, colesterol alto, diabetes, insuficiencia renal, etc) y realizarlo como parte del examen general a fin de detectar condiciones de salud que si bien no están asociadas directamente con el trabajo pueden tener un impacto deletéreo en la salud general del trabajador.

Además de esto, según las necesidades se pueden solicitar estudios especiales tales como medición de niveles de toxinas específicas (por exposición a elementos nocivos como el mercurio por ejemplo)  así como la determinación de ciertos marcadores tumorales en los casos de exposición a radiación.

 Los anteriores son sólo los estudios más comunes en medicina ocupacional, sin embargo pueden ser necesarios otros como pruebas de equilibrio, ergonometría, goniometría, ultrasonidos e incluso electromiografías; aún así hay que tener en mente que todo parte de la evaluación médica ocupacional, siendo esta la piedra angular sobre la que se debe indicar cualquier otro estudio complementario ya que, caso contrario, podría llegarse a conclusiones y recomendaciones erradas sobre la condición de salud de los trabajadores, con consecuencias negativas tanto para los individuos como para las organizaciones en las que estos se desempeñan.