Llegó la Semana Santa y con ella enormes desplazamientos de personas hacia las zonas costeras para un bien merecido descanso; los niños están animados, los adultos entusiasmados, los jóvenes no ven la hora de llegar y los abuelos son los primeros en los carros, el denominador común PLAYA, MAR y SOL.
Es innegable que se trata de una experiencia gratificante, sobre todo para nosotros que por vivir en la zona tropical tenemos la dicha de poder acceder a las costas y balnearios durante todo el año, pero ¡¡¡CUIDADO!!!, esta bendición de la naturaleza puede constituir un enemigo mortal e invisible.
Por encontrarnos en la zona tropical, la incidencia de los rayos solares es casi invariable durante todo el año, exponiendo a las personas a niveles elevados de radiaciones ultravioleta A y B (UV-A, UV-B) cuyo efecto sobre las células del organismo es acumulativo; lo cual implica que cuando se realizan exposiciones superiores a las habituales (como es el caso de estos asuetos) debemos tener en consideración la necesidad de protegernos del sol.
El objetivo de esta protección está encaminado a evitar las dos principales complicaciones derivadas de la exposición, las quemaduras por sol (inmediatas y visibles) y el cáncer de piel (a largo plazo). El efecto de quemadura solar está mediado por la exposición a las radiaciones y el calor, produciéndose aumento de la cantidad de sangre que llega a la piel y acumulación de líquido entre las células en la capa cutánea; estas quemaduras pueden variar entre el primer grado (piel roja, caliente y dolorosa) hasta el segundo grado (ampollas) y habitualmente son muy incómodas para las personas que las padecen, además de someterles a la posibilidad de tener cicatrices (quemaduras grado II) poco deseadas.
Por otra parte tenemos el aumento de riesgo en el Cáncer de Piel, este efecto se da a un nivel más profundo e imperceptible para nuestros ojos. Los rayos ultravioleta tienen la capacidad de inducir cambios en los núcleos de las células cuando estas se exponen por tiempo prolongado; estos cambios consisten en alteraciones del material genético que conllevan a la activación de genes que de otra forma estarían “dormidos”; tal activación promueve la activación de las células de manera descontrolada lo cual origina a largo plazo el temible Cáncer de Piel.
Estando en conocimiento de esto quizás algunos pierdan el entusiasmo, pero NO, NO DEBEN PERDERLO; tan sólo deben PROTEGERSE; para ello basta tomar en cuenta unas medidas muy simples …..
En primer lugar no debe realizarse la exposición solar entre las 11:00 am y 1:00 pm (algunos autores señalan que entre las 11:00 am y las 2:00 pm) ya que este es el momento de máxima exposición a los nocivos rayos UV; por otra parte es indispensable el uso de protectores solares con al menos un factor de protección 8, lo cual crea una barrera protectora para las células de nuestra piel; el protector solar debe renovarse por lo menos cada dos horas a fin de mantener una barrera firme y verdaderamente protectora. Finalmente es pertinente tomar el sol en intervalos de 1 hora, alternando con períodos equivalente a la sombra, así evitaremos desagradables quemaduras.
Con estas simples medidas será suficiente para protegernos de los efectos indeseables del Sol y poder lograr ese bronceado que tantos desean sin riesgos y sin sufrimiento.