Tumores del Ojo. Una amenaza real

Al hablar de tumores y cáncer a casi todas las personas les viene a la mente el cáncer de mama, el cáncer de estómago, los tumores de colon o el cáncer de cuello uterino y si bien estas enfermedades son de las más frecuentes y conocidas, estos no son los únicos órganos donde se desarrollan tumores, de hecho, prácticamente cualquier órgano del cuerpo humano puede desarrollar tumores o cáncer y el ojo no es la excepción.

Si bien es cierto que no son el tipo de cáncer más frecuente, los tumores malignos del ojo suelen ser muy agresivos y peligrosos por lo que es necesario detectarlos a tiempo para preservar la vida del paciente y, cuando sea posible, la función del ojo.

Al igual que con cualquier otro órgano, en los ojos pueden desarrollarse dos tipos de tumores, Cáncer del Ojo. Melanomaaquellos conocidos como benignos (dado que no tienen capacidad de producir metástasis) y los tumores malignos (cáncer). De ambos tipos los benignos suelen ser los menos frecuentes, dando cuenta de menos del 40% de los casos, mientras el restante 60% son tumores malignos bien del ojo, bien de las estructuras adyacentes (órbita).

A su vez los tumores malignos se dividen en dos grupos, dependiendo de la edad del paciente.

Los tumores malignos que aparecen en la infancia (usualmente retinoblastomas) y tumores malignos que aparecen durante la vida adulta (generalmente melanoma maligno del ojo). Por si esto fuera poco, en la vida adulta el ojo también es blanco de metástasis (cáncer de otras áreas del cuerpo que invade al ojo) siendo usuales las metástasis de cáncer de mama y de pulmón.

Sea cual sea la estirpe del tumor, generalmente el tratamiento debe ser la cirugía para extraer el globo ocular con el tumor incluido (enucleación), siendo incluso necesario en algunos casos retirar parte del tejido periocular (excenteración orbitaria).

Ambos son procedimientos muy radicales donde se pierde la función del ojo, aún así es indispensable realizarlos ya que demorar el tratamiento pone en peligro la vida del paciente dada la agresividad y capacidad de metástasis de estos tumores.

En algunos casos de retinoblastomas y melanomas pequeños existen tratamientos (aún en estudio) con pequeñas placas radioactivas colocadas sobre el tumo (para el retinoblastoma) así como inmunoterapia y quimioterapia que pueden inyectarse directo en el cáncer (melanoma maligno).

Si bien estos tratamientos representan una esperanza para conservar el potencial visual en los pacientes con cáncer en el ojo, aún su efectividad y seguridad a largo plazo no ha sido totalmente comprobada, por lo que en la actualidad existen varias investigaciones en curso al respecto.

En cuanto a las metástasis hacia el ojo, usualmente la cirugía está orientada a mejorar la estética, aliviar el dolor (si lo hubiere) y proteger las estructuras adyacentes; en todo caso se trata de un Cáncer de ojoprocedimiento paliativo que complementa el tratamiento del tumor primario (cuando este fuera posible).

Ante un panorama tan desolador cabe la pregunta ¿qué se puede hacer para prevenir el cáncer del ojo?, y la respuesta es muy simple: consulta regular con el oftalmólogo.

La detección temprana de una lesión tumoral del ojo en la consulta aumenta drásticamente las posibilidades de supervivencia e incluso permite intentar tratamientos que conserven el ojo, por ello la evaluación oftalmológica anual (incluso de los niños) resulta fundamental en la prevención del cáncer del ojo.

Si bien es cierto que existen síntomas (pupila blanca, dolor, defectos de fijación), cuando estos aparecen suele ser demasiado tarde, de allí la importancia de la consulta y evaluación oftalmológica exhaustiva a cargo de un médico especialista en el área.

Por otra parte el consejo genético es muy importante, sobre todo en el caso del retinoblastoma donde se ha identificado una tendencia familiar y existen genes bien identificados asociados al mismo. En estos casos se puede o bien limitar la descendencia de los pacientes con alto riesgo, o bien realizar un seguimiento muy cercano de los pacientes y sus hijos desde muy pequeños con el objetivo de detectar cualquier lesión a tiempo.

Por el momento, fuera de la pesquisa en la consulta oftalmológica, no existe otra estrategia de prevención efectiva, sin embargo disminuir o evitar la exposición a agentes carcinogénicos conocidos (humo del tabaco, solventes orgánicos, pesticidas, etc) resulta útil tanto para la prevención del cáncer del ojo así como la de cualquier otro tumor del organismo.

Recuerde pues, al menos una vez al año acudir a la consulta con el oftalmólogo, porque el examen de la vista es mucho más que la simple prescripción de lentes.