¿Para qué entrenar? Algunas razones por las que no debes abandonar el ejercicio
Para muchos resulta obvio, entrenar es necesario porque se dedican al deporte de manera profesional, porque desean destacar en una disciplina deportiva o simplemente porque son muy competitivos y quieren ser los mejores en el deporte o juego que practican.
Sin embargo para muchas otras personas las razones para entrenar no resultan tan obvias, después de todo si se es intelectual, se trabaja en una oficina o el contacto con el deporte profesional se limita a los partidos en la TV, no parece que existan muchas razones para entrenar.
Pues bien, nada más distante de la realidad; si bien es cierto que para los deportistas (tanto a nivel profesional como aficionado) así como ciertas profesiones que implican grandes cargas físicas (militares, bomberos, etc) el entrenamiento es una necesidad ineludible para el desempeño de sus actividades regulares, razón por la que se deben mantener físicamente activos y en forma, no es menos cierto que la población general (aquellos cuyas actividades diarias no le exigen un entrenamiento intenso) también necesita estar en forma.
El objetivo de este entrenamiento está mucho más allá de mantener un peso adecuado, estar más fuerte o ser más ágil, de hecho se trata de una «medicina» que ayuda a prevenir muchas enfermedades y en muchos casos a curarlas así que aunque no se tenga en mente participar en una Olimpiada o se considere que el ejercicio es sólo para la gente joven, todavía hay muchas razones para mantenerse en forma; a continuación algunas de ellas:
El ejercicio hace más lento el envejecimiento
Las personas que hacen ejercicio y se mantienen en forma tienden a envejecer más lento; esto significa que aparentan menos edad de la que realmente tienen. Las razones tras ello son el aumento del tono muscular, un riego sanguíneo más extenso y efectivo tanto hacia los órganos internos como hacia la piel, secreción de hormonas y neurotransmisores que «revitalizan» el cuerpo y una optimización general de las funciones corporales.
Algunas enfermedades desaparecen
En algunos casos como la obesidad esto es muy obvio; al incrementar la actividad física la enfermedad no sólo se hace más leve sino que incluso puede llegar a desaparecer. Sin embargo existen casos muchos más severos donde los efectos del ejercicio tienen un impacto mucho mayor aunque no se vean los resultados en el exterior.
Varios estudios clínicos controlados han demostrado que los pacientes hipertensos que comienzan un plan de acondicionamiento físico requieren en menos de 1 año dosis de antihipertensivos más bajas que cuando eran sedentarios; incluso en algunos casos ha sido necesario descontinuar el tratamiento para la hipertensión arterial dado que el ejercicio logró controlarla por completo.
Otro ejemplo de como el ejercicio y el entrenamiento pueden curar enfermedades es el síndrome metabólico. En esta condición que se caracteriza por sobrepeso y una respuesta pobre a los efectos de la insulina se ha podido demostrar que la actividad física resulta un elemento terapéutico muy efectivo.
Los pacientes con sindrome metabólico que inician un plan de dieta supervisado y un cronograma de acondicionamiento físico progresivo y bien estructurado pueden requerir dosis un 50% inferiores de medicamentos después de 1 año de entrenamiento siendo posible en algunos casos eliminar por completo los medicamentos.
En el caso de la diabetes si bien el ejercicio no logra un control metabólico completo que permita eliminar los medicamentos, se ha comprobado que los pacientes que siguen un régimen de entrenamiento regular requieren dosis más baja de hipoglicemiantes orales y/o insulina además de presentar menos complicaciones.
Aumenta la masa muscular
No se trata de convertirse en fisicoculturista, sin embargo es un hecho bien conocido que conforme avanzamos en edad se va perdiendo masa muscular.
A pesar de la publicidad que sostiene que con suplementos nutricionales esto se puede contrarestar, lo cierto es que el músculo que no se mueve pierde volumen y fuerza con el tiempo, no importa que se coma o se deje de comer. Así pues las personas que se mantienen en forma y logran una adecuada masa muscular tienden a llegar a la edad madura con un cuerpo más firme y «entero» lo cual contribuye a una apariencia más juvenil.
Por otra parte quienes se mantienen en forma y activos durante los años dorados tienen una tasa de pérdida de masa muscular más baja haciendo que sean más fuertes y tengan una mejor contextura hasta más entrados en años.
Ayuda a controlar el dolor
Parece mentira pero es un hecho comprobado que los pacientes con artritis, osteoartritis y otras enfermedades osteoarticulares degenerativas presentan menos episodios de dolor cuando se mantienen en forma; incluso cuando la crisis dolorosa aparece lo hace con menor intensidad.
Los mecanismos moleculares tras estos efectos no están del todo claros aún sin embargo se presume que se debe a la liberación en respuesta al ejercicio de sustancias endógenas que contrarrestan la inflamación crónica o que son capaces de inhibir ciertas vías del dolor.
En varios estudios clínicos se confirmó que los pacientes con artritis reumatoide que se mantenían físicamente activos presentaban una forma más benigna de la enfermedad que aquellos que no entrenaban.
Previene la osteoporosis
La densidad mineral ósea está regulada por múltiples factores siendo uno de ellos las cargas a las que se ven expuestos los huesos.
Al entrenar y hacer deporte los huesos sufren cargas y tensiones muy superiores a las que se presentan en reposo, esto hace que la densidad mineral ósea se incremente con los años por lo que retarda el proceso de osteoporosis.
Si bien es cierto que una vez alcanzada cierta edad la densidad mineral ósea disminuirá inexorablemente, aquellas personas (tanto hombres como mujeres) que hicieron ejercicio durante toda su vida tendrán una «reserva» mineral más alta que disminuirá el impacto de las pérdidas minerales fisiológicas del hueso.
Por otra parte en aquellos pacientes que ya presentan osteoporosis, el ejercicio programado y bien estructurado aumenta la efectividad del tratamiento y ayuda a revertir la condición mucho más rápido.
Mejora la condición cardiovascular
Esto es cierto a cualquier edad. A nadie le gusta subir una rampa de escaleras y sentir que le falta el aliento, por eso es que hay que mantenerse activo de manera que el corazón bombeé a plena capacidad y los vasos sanguíneos no se obstruyan.
Si bien las estatinas han demostrado ser efectivas en la prevención de la ateroesclerosis, no lo son más que la actividad física, en especial la aeróbica, así que es mejor invertir el dinero en el gimnasio que en medicamentos.
Ciertamente el ejercicio y el entrenamiento son positivos para la salud siendo los anteriores tan sólo los ejemplos más comunes de como el ejercicio nos beneficia.
No se trata de moda, competencia o apariencia, el ejercicio es una prescripción médica para vivir más y vivir mejor, ¿hacen falta más razones?
Probablemente no, sin embargo hay un plus que servirá de motivación a aquellos que todavía no están del todo convencidos de que es necesario entrenar siempre…. El ejercicio mejora el desempeño sexual; descubre próximamente.