Uno de los motivos de consulta más frecuentes en la consulta de cirugía cardiovascular son las várices, al punto que existen médicos dentro del área que se especializan casi exclusivamente en el tratamiento y manejo de la patología venosa la cual, si bien es cierto está lejos de causar problemas muy graves, ciertamente tiene la capacidad de generar complicaciones bastante incómodas y dolorosas, sin olvidar el impacto estético que tiene en muchos pacientes.
¿Qué son las várices?
Pero antes de acudir a la consulta de flebología (aquella dedicada al tratamiento de las várices), es importante saber si tenemos várices o no, siendo este uno de los pocos diagnósticos médicos que puede ser realizado con bastante precisión por el propio paciente, aunque su tratamiento suele ser más complejo de lo que parece.
Pues bien, las várices no son más que dilataciones anormales e irreversibles de los troncos venosos que pueden aparecer en cualquier parte del organismo aunque lo más común es que afecten las piernas.
Es importante diferenciar entre una vena visible y una várice ya que no siempre son lo mismo..
Las venas varicosas (aquellas enfermas con várices) además de visibles suelen ser tortuosas y, lo más importante, ser palpables, siendo esta la principal diferencia entre una vena visible por transparencia de la piel y una vena varicosa aunque existe una excepción: las arañas vasculares.
Estas várices menores de 3 mm de diámetro suelen ser muy pequeñas para ser palpables pero su patrón y distribución característicos permiten un diagnóstico certero.
¿Cuándo se tratan las várices?
Esta es una duda muy frecuente ya que en muchas ocasiones los pacientes pasan años sin tratamiento para las várices sin que esto represente un problema para su salud mientras en otros casos, si no se actúa con celeridad se pueden desarrollar complicaciones severas que comprometen severamente el bienestar del paciente.
En este sentido suele ser necesario tratar las várices cuando:
- El paciente no está conforme con el aspecto estético
- Las várices producen síntomas como inflamación de las piernas, dolor opresivo o molestias verspertinas en las piernas
- Cuando existe riesgo de desarrollo de úlcera varicosa
- En los casos donde existe la posibilidad o el antecedente de ruptura de una o más várices (varicorragia)
¿Quién trata las várices?
La enfermedad venosa en general y la patología varicosa en particular suelen ser manejadas por el cirujano cardiovascular, sin embargo dada la complejidad de esta patología así como las diferentes modalidades terapéuticas y técnicas de diagnóstico, dentro del campo de la cirugía cardiovascular hay médicos que se dedican con particular esmero a la patología venosa.
Así mismo, existen especialistas que se entrenan específicamente para el manejo clínico o quirúrgico de la patología venolinfática, siendo conocidos como flebólogos o angiólogos según la región en la que se encuentren.
Son profesionales muy competentes en el área de la patología venosa aunque no tratan enfermedades arteriales de manera que cuando hay compromiso tanto del sistema venoso como del arterial deben trabajar en conjunto con el cirujano cardiovascular o vascular periférico.
En Visión Salud contamos con un equipo de cirugía cardiovascular polivalente donde cada integrante tiene capacitación integral dentro de la especialidad así como entrenamiento específico dentro de las distintas áreas de subespecialización, siendo una de las más importantes la patología venolinfática, no sólo por su frecuencia sino por las limitaciones que puede representar esta patología para los pacientes, siendo necesario un conocimiento preciso de la fisiopatología venosa así como de la anatomía del intrincado sistema que constituyen las venas para así poder dar respuesta adecuada a las necesidades de cada paciente.
¿Cuáles tratamientos existen para las várices?
La patología venosa está entre las más complejas del sistema vascular debido a diferencias anatómicas entre los diferentes subsistemas que conforman el sistema venoso, las diferentes causas de insuficiencia de las venas así como características particulares de cada paciente, de allí que existan diversos tratamientos que deben ser usados de manera individual o combinada para lograr los mejores resultados funcionales y estéticos posibles.
Para ello nuestro equipo cuenta con técnicas de elastocompresión, cirugía, tratamientos endovasculares con láser o radiofrecuencia así como inyecciones (esclerosis) de las venas de pequeño calibre.
La combinación de técnicas, intervalos de tiempo entre una etapa y otra del proceso así como la secuencia adecuada para implementar cada una de las estrategias que requiere el paciente para su recuperación deben ser individualizadas, de allí la importancia de la consulta de várices donde el especialista realiza una evaluación clínica exhaustiva así como un estudio doppler muy detallado que permite preparar planes terapéuticos personalizados.