Los lentes progresivos o multifocales. Una solución para todas las distancias

Para nadie es un secreto que cuando se alcanza cierta edad es necesario usar lentes (anteojos) para poder ver adecuadamente de cerca, sin embargo en ciertas condiciones donde la persona ya necesitaba lentes para ver de lejos las cosas se complican dado que la corrección que sirve para ver de lejos no es adecuada para ver de cerca y viceversa.

Años atrás la solución natural para esta situación era el uso de lentes bifocales, es decir, un cristal con dos graduaciones diferentes: un área para ver de lejos y un área para ver de cerca. Dado que durante la visión lejana y cercana la posición de los ojos es diferente, el tallado del lente permite tener dos secciones perfectamente diferenciadas para ver de lejos y de cerca con lo que el problema de usar dos pales de lentes quedó resuelto.

Sin embargo esto no sería por mucho tiempo ya que con el desarrollo de las tecnologías modernas y los nuevos entornos de trabajo las personas se vieron en dificultades para ver con claridad ciertos dispositivos, en especial las pantallas de los ordenadores (computadoras). Esto se debe a que los monitores de las computadoras usualmente están fuera del rango de visión lejana (más de 2 metros) así como del de visión cercana (menos de 40 cm); es decir, los monitores (y otros dispositivos de trabajo) quedaban en una especie de «limbo» donde no servía ni la corrección cercana ni la corrección lejana, creando dificultades para un nuevo tipo de visión la cual se denominó «visión intermedia».Lente Progresivo

Así las cosas los lentes tuvieron que evolucionar para dar una solución a este nuevo problema y así nacieron los lentes multifocales o progresivos. El término multifocal hace referencia al hecho de que no se trata de un lente en realidad, sino de tres lentes diferentes tallados el mismo cristal, cadauno con un punto focal diferente (lejano, intermedio y cercano); por su parte el término «progresivo» hace referencia al hecho de que se puede hacer una transición continua de la mirada desde lejos hasta cerca sin necesidad de ajustar enfoque ni cambiar de lentes.  Aunque los términos son semánticamente diferentes, en la práctica se usan como sinónimos y hacen referencia a cualquier cristal correctivo que tenga la capacidad de permitir al usuario ver bien de lejos, a distancia de lectura (cerca) y en cualquier posición intermedia.

Para lograr este objetivo, los lentes progresivos se tallan con instrumentos de alta precisión, usualmente guiados por láser que permiten crear tres áreas de visión claramente definidas: el área de visión lejana (por encima del ecuador del lente); el área de visión cercana (hacia el ángulo inferior interno de cada cristal) y el corredor intermedio (en forma de reloj de arena) que une la visión lejana con la cercana (ver figura).

Con este tipo de tallado prácticamente se tienen tres lentes en uno, facilitando mucho las actividades diarias; así mismo, aún cuando son más costosos que otros tipos de cristal correctivo, los progresivos a la larga resultan más económicos ya que un sólo par de anteojos hace la función de tres diferentes.

La desventaja de este tipo de tecnología es que requiere un tiempo de adaptación y cierto aprendizaje de manera que los ojos se ubiquen en los diferentes campos de visión según lo que se quiera ver, toda vez que los movimientos de la cabeza deben limitarse para minimizar las posibilidades de marearse.

Ciertamente requieren algo de práctica luego de la cual más del 90% de los usuarios se adaptan sin problemas; sin embargo existe un 10% de usuarios para quienes resulta muy difícil, si no imposible, aprender a usar los lentes progresivos; casos en los cuales el oftalmólogo puede ayudarle a elegir la mejor ayuda óptica dependiendo de las características de sus actividades diarias.

Por fortuna esto ocurre sólo en la minoría de los casos por lo que la mayoría de las personas que necesitan ayudas visuales para más de una distancia se pueden beneficiar de los distintos tipos de lentes progresivos disponibles en el mercado. ¿Cuál es la mejor marca? Pues aquella que tenga el corredor visual (intermedio) más amplio y con la menor cantidad de aberraciones laterales (a los lados del corredor visual); sin embargo esto es algo que escapa al manejo del público general por lo que la asesoría del oftalmólogo en conjunto con el optometrista resulta vital para seleccionar el lente multifocal que mejor se adapta a cada paciente.