Piernas hinchadas, un problema com más de una causa
Un motivo de consulta muy común tanto a nivel de pacientes ambulatorios como de emergencia son las piernas hinchadas o, como se conoce técnicamente el «edema de miembros inferiores«
Cuando se presenta esta condición la persona comienza a presentar aumento de volumen de los pies y las piernas, por lo general progresivo y asociado o no a otros síntomas como dolor, enrojecimiento y aumento local de la temperatura.
Si el paciente sufre de várices no es infrecuente que asocie el edema a las várices o la insuficiencia venosa aunque esta no siempre es la causa subyacente, de hecho tan sólo el 20% de los casos de edema de miembros inferiores se debe a enfermedad venosa; el resto de los casos se deben a una amplia gama de condiciones médicas, de allí que el abordaje diagnóstico del edema de miembros inferiores deba ser realizado por un equipo multidisciplinario a fin de cubrir todas las posibles causas.
Por lo general el especialista encargado de estudiar y coordinar el algoritmo diagnóstico en estos casos es el médico internista, quien tendrá en consideración y descartará/confirmará los siguientes diagnósticos:
1- Insuficiencia Renal
Los pacientes cuyos riñones dejan de funcionar o lo hacen de manera ineficiente comienzan a retener líquido. Dicho líquido comienza a acumularse primero en las zonas más declive del organismo (pies y piernas), aumentando progresivamente hasta llegar a otras zonas del cuerpo como el abdomen, el tórax e incluso miembros superiores y cara.
En estos casos el edema suele ser constante, es decir, no mejora durante la noche y suelen presentarse otros síntomas como disminución de la frecuencia urinaria y alteraciones de las pruebas de laboratorio (aumento del potasio y la creatinina por ejemplo).
El edema de origen renal debe tratarse con diuréticos y, en los casos que el paciente no responde porque el daño renal es muy severo, con diálisis.
2- Insuficiencia Cardíaca
La sangre está constituida aproximadamente en 60% por líquido el cual es impulsado junto con los elementos formes (parte sólida) a través del cuerpo por el corazón.
Cuando el corazón no puede bombear con la presión adecuada la sangre, esta se acumula en ciertas áreas del organismo conocidas como reservorios, produciendo edema.
Si la parte derecha del corazón no bombea adecuadamente el líquido se acumula en los miembros inferiores produciendo edema periférico, es decir, hinchazón de las piernas pero si el lado izquierdo del corazón es el que presenta la falla, entonces el líquido se acumula en los pulmones produciendo edema pulmonar.
Cuando la bomba cardíaca falla en su totalidad (corazón izquierdo y derecho), se produce lo que se conoce como «insuficiencia cardíaca congestiva» la cual se caracteriza por la acumulación de líquido tanto en los pulmones como en las piernas.
En los casos de insuficiencia cardíaca se debe tratar al paciente con diuréticos a fin de eliminar el exceso de líquido así como con agentes inotrópicos (aumentan la contractilidad del corazón) para lograr que la bomba funcione adecuadamente; si esto no es posible el paciente puede ser candidato para trasplante cardíaco.
3- Desnutrición
La desnutrición proteica produce disminución de los niveles de albúmina en el plasma. Esta proteína es la responsable de «atraer» y «mantener» el líquido dentro del espacio vascular debido a la presión oncótica que genera.
Cuando los niveles de albúmina disminuyen la presión oncótica también lo hace y el líquido comienza a fugarse desde el espacio intravascular al espacio intersticial, es decir, los tejidos; siendo el área donde se acumula con más frecuencia en los miembros inferiores.
En estos casos se pueden usar diuréticos temporalmente para eliminar el exceso de líquido, aunque el tratamiento a largo plazo consiste en recuperar los niveles de albúmina hasta los valores normales.
En los casos donde la albúmina está baja debido a condiciones diferentes a la desnutrición (como por ejemplo en la insuficiencia hepática), es necesario tratar de corregir la enfermedad subyacente; cuando esto no es posible la opción de administrar albúmina es viable aunque se trata de un tratamiento costoso y no exento de complicaciones.
4- Insuficiencia Venosa y Várices
Cuando el paciente presenta insuficiencia venosa profunda y/o várices, parte de la sangre que sube hacia el corazón no es retenida por las válvulas venosas por lo que se devuelve «contrasentido» acumulándose en las zonas más declive del cuerpo (pies y piernas).
Cuanto más venas estén enfermas y cuanto más grave sea la insuficiencia, mayor será el edema el cual se caracteriza por desaparecer durante la noche (el paciente amanece con las piernas totalmente normales) e ir progresando a lo largo del día.
En los casos de edema venoso el tratamiento inicial es la elastocompresión aunque en muchos casos el tratamiento a largo plazo debe ser invasivo (cirugía o ablación endovascular) a fin de eliminar las venas que están causando el problema siempre que esto sea posible.
5- Trombosis venosa profunda
Cuando se forma un coágulo dentro del sistema venoso profundo (responsable de aproximadamente el 80% del retorno venoso), el retorno de la sangre al corazón queda «bloqueado» por lo que comienza a acumularse en la pierna afectada.
Por lo general el edema de la trombosis venosa profunda es unilateral, de aparición súbita y muy doloroso. El diagnóstico suele confirmarse por niveles elevados de Dímero D y hallazgos patológicos en el ultrasonido doppler vascular.
El diagnóstico en muchos casos sólo puede hacerse si se sospecha esta condición aunque clínicamente es posible confundirla con otras entidades como la celulitis (infección de partes blandas) cuyos síntomas llegan a ser muy similares.
Una vez confirmada la trombosis venosa profunda debe iniciarse el tratamiento con anticoagulantes el cual se mantendrá por un mínimo de 3 meses (en la mayoría de los casos serán 6 meses). Además una vez que los síntomas iniciales mejoren se deberá incluir en el esquema de tratamiento la elastocompresión.
Como se puede ver las «piernas hinchadas» implican una amplia gama de enfermedades que deben ser estudiadas. En las líneas previas se describieron las más comunes aunque no las únicas, de hecho pueden hincharse la piernas por celulitis, linfangitis (inflamación de los linfáticos), linfedema (disfunción de los vasos linfáticos), obstrucción venosa por compresión extrínseca (tumores), embarazo y hasta el uso de algunos medicamentos.
Es por ello que se recomienda NUNCA automedicarse y consultar con un especialista a fin de identificar la causa exacta y así poder iniciar tratamiento específico; de lo contrario existen altas posibilidades de complicaciones severas que podrían incluso llevar a la muerte del paciente.