El ultrasonido abdominal es el estudio ideal para evaluar las vísceras sólidas del abdomen (riñones, hígado, bazo) así como las vías biliares (vesícula y vías biliares) también es muy útil en la detección de líquido dentro de la cavidad abdominal (ascitis, sangre), detección de tumoraciones sólidas o quísticas abdominales y en la evaluación de órganos retroperitoneales como el páncreas y pélvicos como el útero y los anexos (en este último caso el ultrasonido transvaginal tiende a sustituir al ultrasonido abdominal)
Es uno de los estudios solicitados con mayor frecuencia, aporta gran cantidad de información (medidas, posición, forma, estructura) de los órganos previamente mencionados, la indicación más común es la detección de cálculos (piedras) en la vía biliar o la vía urinaria.
Los intestinos no son buenos candidatos para ser evaluados por ultrasonido ya que contienen aire en su interior por ello en pacientes con sospecha de enfermedades del colon, apendicitis o condiciones que produzcan distensión de las asas delgadas (intestino delgado) el ultrasonido no tiene valor diagnóstico.
El paciente puede realizar el ultrasonido abdominal a cualquier hora del día siendo la única condición necesaria contar con al menos 6 horas de ayuno a fin de tener la vesícula llena y permitir su adecuada evaluación; fuera de esto no se requiere ninguna preparación especial; en los casos de estudios de emergencia el ayuno puede obviarse dada la premura de la situación.