Hipertensión Arterial. Un tratamiento a la medida del paciente
La hipertensión arterial es una de las enfermedades más comunes en la actualidad, llegando a afectar a casi el 50% de la población mayor de 40 años en algunas áreas geográficas.
Si bien se trata de una condición asintomática, eso no quiere decir que sea una enfermedad benigna; por el contrario, aunque la persona afectada no sienta nada en lo absoluto, la hipertensión arterial va haciendo estragos en su organismo al punto de producir complicaciones graves que en primer momento incapacitan al paciente para luego, en muchos casos, conducir a la muerte.
De allí la importancia del tratamiento para la hipertensión arterial el cual, a diferencia del tratamiento de muchas otras enfermedades, debe ser individualizado para cada persona en particular.
Eso se debe a que la combinación de medicamentos y dosis que es efectiva para un paciente dado, puede ser totalmente inadecuada para otra persona debido a características genéticas, fisiológicas y anatómicas individuales.
Los medicamentos antihipertensivos se dividen en 5 tipos principales, siendo necesario combinarlos de acuerdo a las características individuales de cada paciente; así mismo las dosis deben ajustarse a partir de la dosis inicial recomendada, titulándolos de acuerdo a la respuesta individual.
El tratamiento ideal debe incluir al menos dos fármacos de dos categorías diferentes a saber:
- Inhibidores de la Enzima Convertidora de Angiotensina (IECA)
- Inhibidores del Receptor de Angiotensina
- Vasodilatadores
- Diuréticos
- Betabloqueantes
Por lo general se combina una droga del grupo 1 o 2 (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o inhibidores del receptor de angiotensina) con un vasodilatador o un diurético, quedando reservados los betabloqueantes para casos muy especiales o cuando se necesita agregar un tercer componente al tratamiento.
Según la edad, peso, enfermedades asociadas y tratamientos previos recibidos, la dosis inicial de cada uno de los fármacos debe individualizarse; así mismo, una vez que se comienza el tratamiento se debe llevar un registro estricto de la tensión arterial a fin de conocer el efecto real del medicamento y poder ir ajustando la dosis en más o en menos según sea necesario.
Medir la tensión arterial dos veces al día es fundamental para poder ajustar el tratamiento
Durante las primeras semanas será necesario cuantificar la tensión arterial dos veces al día en horarios fijos así como en cualquier momento en el que el paciente presente síntomas o molestias de algún tipo.
Esta práctica permite determinar los puntos de fluctuación de la tensión arterial, determinando máximos y mínimos lo cual, ulteriormente constituye el punto de partida para los ajustes de tratamiento.
Muchos pacientes y familiares creen que el tratamiento de la hipertensión arterial se limita a tomar los medicamentos indicados por el médico a la dosis indicada y en las horas establecidas.
Si bien esto es cierto, la verdad es que constituye solo el 50% de la terapéutica, siendo el otro 50% el control de la tensión arterial de manera estricta y los cambios en el estilo de vida.
En este sentido es importante recordar que el efecto de los antihipertensivos puede variar a lo largo del tiempo. Eso quiere decir que la combinación de medicamentos, dosis e intervalos que funcionan en un momento dado, no serán los mismos en uno, dos o tres años.
En ocasiones es necesario disminuir las dosis, en otros casos aumentarlas o incluso cambiar la combinación de fármacos, de allí que el control regular de la tensión arterial sea la piedra angular para un control efectivo de la hipertensión.
El tensiómetro nunca debe faltar
Aunque es posible medir la tensión arterial en instituciones de salud y farmacias; hacerlo en estos sitios implica desplazarse hasta el lugar dentro de los horarios establecidos para estos servicios, lo cual limita la autonomía del paciente para controlar la tensión arterial en momentos claves del día como a primera hora de la mañana, al final de la tarde o en caso de presentar algún síntoma.
De allí que sea tan importante que una vez que una persona es diagnosticada con hipertensión arterial, adquiera inmediatamente un tensiómetro (instrumento diseñado para medir la presión arterial sistémica).
En el mercado existen muchos modelos de tensiómetros los cuales se adaptan a múltiples necesidades y presupuestos.
La elección del modelo debe ajustarse a las características propias de cada paciente aunque por lo general los equipos totalmente automatizados suelen adaptarse a todas las situaciones; sin embargo son algo más costosos lo que puede hacer que algunas personas prefieran los semi-automáticos, especialmente si cuentan con asistencia de un familiar en casa que permita operar el equipo con mayor comodidad.
En este punto es importante destacar que sea cual sea el equipo que se elija, es muy importante que el médico tratante, su asistente o la enfermera de la consulta de hipertensión arterial entrenen al paciente y a sus familiares sobre la técnica correcta de medición de la tensión arterial, de otra forma detalles tan insignificantes como la posición del manguito, el nivel de ajuste sobre el brazo e incluso la posición de la extremidad al momento de realizar la medición pueden influir sobre la precisión de los valores obtenidos.
Es por ello que nunca debe omitirse el entrenamiento el cual, idealmente, debe ser realizado con el mismo equipo que usará el paciente en casa, de manera que pueda familiarizarse con sus características, modo de operación y detalles técnicos particulares.
El control médico regular es indispensable
Habiéndose seleccionado y ajustado el tratamiento antihipertensivo individualizado y una vez constatado que el mismo está haciendo el efecto esperado, es importante que el paciente acuda regularmente al control médico.
Muchas personas cometen el grave error de «tomar el tratamiento por su cuenta», es decir, usan los fármacos tal como se les indicó, miden su tensión arterial regularmente pero no asisten a las consultas con el especialista dado que su «tensión está ya controlada».
¡Eso es un grave error!
La consulta médica regular una o dos veces al año es imprescindible para garantizar que la tensión arterial está bien controlada.
El objetivo de la consulta médica, al contrario de lo que muchos piensan, va más allá de cerciorarse sobre el nivel adecuado del a tensión arterial. En estas citas el especialista verifique que los órganos que normalmente se ven afectados por la hipertensión arterial estén funcionando adecuadamente y que no existan complicaciones derivadas de la hipertensión arterial.
Si eso es así el paciente puede mantener su tratamiento sin variaciones pero si por el contrario hay indicios de daño a órganos blanco de la hipertensión arterial, inmediatamente se hacen ajustes en el tratamiento y se inician los correctivos para limitar el daño y sus posibles consecuencias.
Como se puede ver la hipertensión arterial tiene un tratamiento complejo que requiere mucho compromiso por parte del paciente y que va más allá de simplemente tomar una pastilla.
Se trata de un tratamiento individualizados que debe estar basado en:
- Uso regular de los medicamentos antihipertensivos
- Control estricto de la tensión arterial
- Cambios en el estilo de vida
- Consulta médica regular una o dos veces al año
Los pacientes que cumplan con las cuatro partes del tratamiento tienen muchas más posibilidades de un control óptimo de la tensión arterial lo cual redunda en menos complicaciones y una expectativa de vida mayor.
En Visión Salud contamos como una consulta especializada en Hipertensión Arterial en la cual los pacientes son evaluados de manera integral a fin de alcanzar control de la hipertensión lo antes posible, limitando y corrigiendo los daños que haya podido generar en el organismo la hipertensión no controlada por largo tiempo.