¿Por qué los pacientes en diálisis necesitan una fístula arterio-venosa?
Los pacientes con insuficiencia renal crónica así como sus familiares saben bien o han oido hablar de la necesidad de la confección de una fístula arterio-venosa para llevar a cabo la terapia de reemplazo renal o diálisis de manera más cómoda y segura.
Pero ¿qué es la insuficiencia renal?
Pues bien, se trata de una enfermedad del riñón en la cual bien sea por alteraciones físicas o moleculares este de funcionar haciendo que se acumulen en la sangre elementos nocivos producto del metabolismo que normalmente se eliminarían a través de la orina, la cual en las etapas más avanzadas de la enfermedad renal no se produce o cuenta con una composición anormal.
En estos casos el paciente puede enfermar severamente por la acumulación de toxinas en el organismo, llegando a morir si no se corrije la situación con premura.
Para ello el paciente debe someterse a un procedimiento conocido como diálisis, en el cual la sangre pasa a través de un circuito de tuberías hacia una máquina que sustituye la función del riñón, devolviéndola luego depurada.
Cuando la diálisis es de corta duración como en el caso de la insuficiencia renal aguda, o se debe iniciar el tratamiento de emergencia, el paciente es conectado a la máquina de hemodiálisis mediante un catéter colocado en una vena de gran calibre, usualmente en el cuello o la pierna.
Si bien estos catéteres permiten dialisar al paciente de manera efectiva, lo cierto es que las complicaciones asociadas a los mismos tales como trombosis e infecciones no se hacen esperar, por lo que el uso de catéteres de hemodiálisis a largo plazo implica grandes riesgos para la salud del paciente.
Es por ello que el paciente con insuficiencia renal crónica grado V (es decir, aquel que requiere hemodiálisis) debe ser sometido a una intervención quirúrgica para la confección de una fístula arterio-venosa, la cual funcionará como acceso vascular para diálisis.
¿Qué es una fístula arteriovenosa?
En el organismo las arterias y las venas son los conductos a través de los cuales circula la sangre. Por las arterias la sangre oxigenada se dirige hacia los tejidos, mientras que por las venas la sangre que entregado los nutrientes y el oxígeno, captando a su paso por los tejidos los productos de desecho del metabolismo, se dirige hacia el hígado, riñón y pulmones donde se depura de toxinas y se vuelve a oxigenar.
Las funciones de las arterias y las venas son muy diferentes y por lo tanto cuentan con características anatómicas bien diferenciadas al punto que en condiciones normales una arteria jamás se une directamente con una vena, por el contrario, los vasos sanguíneos tanto arteriales como venosos se van haciendo cada vez más pequeños hasta que la sangre pasa del sistema arterial a la venosa a nivel de la red capilar, donde las presiones arterial y venosa no son muy diferentes.
Sin embargo el flujo y presión de sangre en una vena normal no son suficientes para poder conectar al paciente a una máquina de hemodiálisis mediante punción, de allí que cuando no existe la fístula arteriovenosa es necesario el uso de un catéter.
Por su parte la punción repetida de las arterias lleva a complicaciones serias a nivel local que pueden comprometer la vida del paciente, de allí que las punciones arteriales no sean una opción.
Para resolver ese problema se desarrolló una técnica quirúrgica donde una vena superficial se conecta directamente al sistema arterial creándose de manera artificial una especie de cortocircuito.
Esto hace que la vena se dilate y alcance un nivel de presión lo suficientemente alto como para poder conectar al paciente mediante punción de la fístula a la máquina de hemodiálisis, obviándose así el uso de catéteres.
Las ventajas de la fístula arteriovenosa para hemodiálisis son muy importantes para el paciente, no solo porque disminuye la posibilidad de complicaciones asociadas al catéter sino porque además mejora la calidad de vida.
Los pacientes con catéteres de hemodiálisis deben tener una higiene estricta, necesitan proteger el catéter de los elementos externos en todo momento, no pueden tomar baños en bañera, piscina y mucho menos el mar, rara vez pueden ir con prendas que dejen expuesto el catéter, y la presencia de un elemento ajeno al cuerpo en contacto con la piel las 24 horas del día no es precisamente la experiencia más placentera.
Al realizarse la fístula arteriovenosa todos estos elementos negativos desaparecen, permitiéndole al paciente tener una vida normal, más allá de las horas que debe pasar en el centro de hemodiálisis, de allí que la opción ideal para los pacientes que requieren diálisis crónica (a largo plazo) es la confección de una fístula arteriovenosa.
Si necesita una fístula arteriovenosa o conoce algún paciente que la requiera, los cirujanos cardiovasculares de Visión Salud gustosamente tomarán el caso para la confección de la fístula para diálisis más conveniente para el paciente.