La Silla, un asesino silencioso …

No cabe duda que nuestro estilo de vida ha sido profundamente modificado no solo por nuestros avances tecnológicos sino también por una cultura sembrada de la palabra comodidad, esto nos ha llevado a cambiar nuestras rutinas diarias haciendo del esfuerzo físico un villano, sin percatarnos que nuestro organismo evolucionó precisamente gracias a este Villano convirtiéndolo en su entrenador personal.

Resulta interesante preguntarnos cuántos subimos las escaleras de nuestras oficinas,  cuánto caminamos a nuestros puesto de trabajo, buscamos nuestros alimentos en lo alto de un árbol o luchamos cuerpo a cuerpo con un animal por nuestra vida. La tecnología y comodidades modernas han hecho que busquemos conseguir nuestras metas con el mínimo esfuerzo físico posible,  sin percatarnos de que hemos eliminado una serie de demandas que mantenían nuestros sistemas muscular, vascular,  metabólico y hormonal funcionando correctamente.

Evaluemos un avance tan sencillo como La Silla, anteriormente los trabajo requerían de agotadoras La silla, un asesino silencioso que habita en cada oficinahoras de esfuerzo físico con la consiguiente demanda calórica al estar de pie o caminando; luego de la revolución industrial y sobre todo en la actualidad el 80 % de los trabajos se realizan sentados, lo que ha fomentado el sedentarismo, con las consecuencias negativas que esto acarrea.

La movilidad limitada hace que nuestro sistema cardiovascular esté menos acondicionado limitando el aporte de sangre fresca a los tejidos y provocando una demora del retorno venoso que eventualmente será el origen de várices e insuficiencia venosa; a la vez aparecen dolores osteoarticulares causados por posturas inadecuadas,  y limitación de nuestra capacidad funcional a nivel muscular debido a que los músculos responsables del equilibrio y la marcha se debilitan progresivamente con consecuencias deletéreas para la salud de la persona sedentaria.

.Son muchas las ocasiones donde el empleado se queja de la silla, con frases como “Esta silla no tiene apoyo lumbar”, “mi asiento no tiene para ajustar su altura”,  “ es necesario que la silla tenga apoyo cervical” cuando en realidad la mejor terapia consiste en usar la silla en lapsos de tiempo no superiores a los 120 minutos continuos, es decir debemos darnos la oportunidad de quemar algunas calorías al levantarnos con pequeñas pausas activas que permitan mantener nuestro cuerpo en movimiento. Para ello es aconsejable:

 1)  Levantarse cada 45 min o 1 hora.

2)  Hacer una pausa de 2 a 5 min, para ir al baño, hidratarse, estirar brazos y piernas e inclusive hacer unas tres a cinco sentadillas.

3)  Rotar el cuello en círculos grandes en ambos sentidos con 3 a 5 repeticiones.

4)  Realizar ejercicios de estiramiento de articulaciones de cuello y hombro.

5)  Estirar brazos al frente y mover muñecas y dedos.

6)  Hacer de forma consciente unas dos a tres respiraciones profundas.

Todo esto redundará en una mejor postura corporal, mejorará la respiración e incluirá algo de actividad física en su rutina diaria que permitirá que su cuerpo realice pequeños esfuerzos que confrontarán al Asesino en que Su Silla puede convertirse.