Lunares, claves para distinguir los buenos de los malos

Lunares, casi todas las personas tienen una o más de estas manchas oscuras en la piel que en la mayoría de los casos son absolutamente benignas aunque en ocasiones pueden representar un riesgo severo para la vida.

Parece casi exagerado pensar que alguien puede morir por un «simple lunar» sin embargo ocurre y mucho más de lo que nos imaginamos, esto se debe a que un agresivo tipo de cáncer de piel conocido como Melanoma Maligno se parece mucho a un lunar común y corriente lo que hace que las personas lo asuman como normal y no consulten con su médico hasta que es demasiado tarde y el melanoma se ha extendido localmente o, peor aún, ha dado metástasis.

Con esto en mente ya resulta un poco atermorizante mirar nuestros lunares pero por fortuna existen algunos datos que nos permitirán saber si debemos preocuparnos o no cuando realizamos el autoexamen de la piel inspeccionando todos los lunares como parte de la prevención del melanoma maligno.

Signos de Alarma que ayudan a identificar al Melanoma Maligno

No toda lesión hiperpigmentada es melanoma maligno y no todos los melanomas malignos son muy pigmentados (la gran mayoría de los melanomas son oscuros aunque existe una variedad conocida como «Melanoma Amelánico» el cual puede presentarse como un mancha clara), debido a esto es necesario considerar otras características de los lunares que permiten identificar aquellos con potencial maligno.

Lo primero que debemos ver es la forma; los lunares comunes tienden a ser circulares u ovalados pero su característica más importante es que son simétricos; esto quiere decir que podemos trazar una línea imaginaria que los divide a la mitad en dos partes iguales. El melanoma maligno tiende a ser asimétrico, es decir, estos lunares malignos no pueden dividirse en dos partes iguales.Lunar sospechoso para Melanoma Maligno

El segundo punto importante a considerar es el borde; todo lunar benigno tiene un borde neto donde se identifica claramente en que punto termina el lunar y comienza la piel contigua; esta característica está ausente en el melanoma el cual presenta bordes difusos, mal definidos donde no se puede saber con precisión donde termina el lunar y comienza la piel sana.

Con esas dos características se puede identificar con mucha precisión una lesión maligna de piel pero si estos signos sutiles se pasan por alto debemos prestar mucha atención a las siguientes dos características ya que de estar presentes, las probabilidades de un melanoma maligno son elevadas.

Los lunares (o nevus como se les conoce técnicamente) no crecen, su tamaño tiende a ser constante a lo largo de toda la vida del individuo y rara vez modifican su tamaño por ello cuando un lunar «comienza a crecer» debemos preocuparnos ya que es muy posible que estemos frente a un cáncer de piel tipo melanoma.

Por otro lado los nevus no pican mientras que los melanomas y otros cáncer de piel tienden a ser muy pruriginosos por lo que cualquier lunar que pica debe ser estudiado por un dermatólogo experto; esto no significa que todo lunar que aumente de tamaño y pique será melanoma maligno pero es necesario estudiarlos debido a que las probabilidades de que si lo sea son muy elevadas.

 Esta de más decir que ante la presencia de un lunar con cualquiera de estas características es indispensable consultar con un especialista quien realizará el protocolo diagnóstico correspondiente, incluyendo la biopsia de piel cuando esta sea necesaria; de acuerdo a los resultados se procederá al tratamiento y se logrará curar el melanoma maligno por haberlo detectado a tiempo.

Recordemos que la inspección de la piel regularmente se clave para la detección temprana de cualquier tipo de lesión maligna o premaligna por lo que identificar un «lunar feo» puede salvar la vida del paciente.